Este jersey está elaborado con el tejido BOGOLÁN de Malí: hilado, tejido, teñido y pintado a mano. Estos bogolanes los hemos adquirido en diferentes mercados textiles de Dakar.
El jersey tiene las mangas murciélago y llegan hasta el codo. Tiene el cuello alto abrigadito cortado al bies y un bolsillo canguro que le da un aire más de sport.
El largo es a la cadera y es un poco más corto por delante que por detrás.
Es talla única: de la 36 a la 44.
*IMPORTANTE ESPECIFICAR EN EL PEDIDO EL NÚMERO DE FOTO
- Foto 1... Jersey gris con símbolos blancos
- Foto 2... Jersey marrón, negro y blanco
- Foto 3... Jersey negro con símbolos blancos
- Foto 4... Jersey a bandas blancas y negras
PROCESO DE ELABORACIÓN DEL BOGOLÁN
El tejido bogolán está elaborado a partir de la unión de bandas estrechas de algodón (de unos 15 centímetros de ancho) y es hilado y tejido a mano. Las mujeres son quienes se encargan de limpiar el algodón recogido de la planta. Después comienza el hilado, retorciendo varias fibras cortas a la vez hasta unirlas y obtener una hebra continua. Para agilizar el proceso, utilizan el huso: un palito de madera largo y redondeado, que se aguza en sus extremos; en uno de ellos, normalmente el inferior, lleva una pieza redonda que hace de contrapeso y tope.
Una vez finalizado este proceso, cuyo resultado es una bobina de algodón, los hombres se encargan de tejer. Es un oficio sagrado. Cada parte del telar tiene un significado simbólico, al que se le otorga un gran respeto. En Malí, para la elaboración del tejido bogolán, se utilizan telares horizontales de doble lizo. Los lizos son unos dispositivos que permiten que los hilos de la urdimbre suban y bajen para que entre ellos pase la trama. El movimiento se consigue gracias a dos pedales manejados con los pies que levantan alternativamente los hilos entre los que pasa la lanzadera, que es una pieza de madera con forma de piragua en la que se inserta la bobina para hacer la trama. El resultado final es una banda de algodón.
Una vez tejidas las tiras de algodón, los alquimistas de las tinturas mezclan en agua hirviendo las plantas que cubrirán el blanco de los tejidos. Estas son las llamadas “basilan” o “plantas que curan”. Con ellas, las telas adquieren unas propiedades que van más allá de una belleza cromática ligada a la tierra: se convierten en “basilanfini”.
Cada color tiene su planta basilan. Para el amarillo, se utilizan las hojas del árbol N’galama, una especie autóctona a la que tradicionalmente se atribuye el poder de combatir el paludismo y se utiliza para prevenir algunas infecciones de piel, como si fuera un antibiótico natural. El tono marrón rojizo se consigue con la corteza del M’peku, con la que se hace un cocimiento hasta conseguir ese color tan característico del tejido bogolán. Sus propiedades antioxidantes son especialmente útiles para casos de disentería o dermatitis.
Durante horas, los tintoreros sumergen los tejidos en barreños y tinajas en el exterior de las edificiaciones. Utilizan cada recipiente para un color. Luego, los sacan para secarlos al tórrido sol del Sahel, para más adelante volverlos a meter en el tinte. Es un proceso que se repite varias veces hasta que el algodón adquiere la intensidad deseada.
Bogolán, en bambara, significa ‘hecho en arcilla’; en realidad, los diseños de este tejido se realizan con barro recogido en el río Níger. El secreto del bogolan es la química, dado que el lodo, una vez fermentado en un recipiente cerrado para reducir la evaporación, reacciona de forma natural con el algodón teñido previamente y se fija a la tela. Para aplicar el barro sobre el tejido, los artistas utilizan un pincel, una espátula de hierro o una varita de madera blanda llamada ‘kala’, instrumentos los que van siguiendo los patrones previamente marcados sobre la tela, o a mano alzada.
Antiguamente se utilizaba más la técnica ‘de reserva’, es decir, se dejaban sin pintar los diseños y dibujos en los que se transmitía el mensaje para que resaltaran en el blanco amarillento del basilan. Todo lo demás se cubría con el negro del barro. Ahora es mucho más común teñir todo el paño de barro y sobre él pintar los diseños en blanco, utilizando una pasta que se elabora con jabón de Marsella y lejía (herencia de los colonizadores franceses).
Una vez aplicado el barro, se deja secar y después se lava el paño. Cuando se quiere intensificar el color negro es habitual repetir esta operación.
Laura y Maica de la Carrera
El jersey tiene las mangas murciélago y llegan hasta el codo. Tiene el cuello alto abrigadito cortado al bies.
El largo es a la cadera y es un poco más corto por delante que por detrás.
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KIM MANRESA
105.00€Precio
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